sábado, 14 de noviembre de 2009

Mi confrontación con la Docencia

¿Cómo percibo mi docencia?

Los que estamos en educación especialmente en el Nivel Medio Superior, estamos en un lugar PRIVILEGIADO para operar cambios sustanciales en el aprendizaje de los jóvenes propiciando que las cosas realmente se modifiquen en nuestro entorno de manera estructural, dando a los jóvenes elementos y guías para enfrentarse a la vida.

Percibo mi docencia como la oportunidad de contribuir al desarrollo de jóvenes, que estos logren sus sueños, sus anhelos, sus objetivos y sus metas. Que sean mejores profesionistas, mejores trabajadores, mejores ciudadanos, mejores mexicanos, mejores hijos y posteriormente mejores padres. Que esto sea el motor y no sólo la oportunidad de tener trabajo.

Ahora tenemos la oportunidad los docentes de prepararnos para propiciar lo descrito anteriormente. La gran mayoría de los docentes del Bachillerato son profesionistas que laboran como profesores. Por tanto necesitamos capacitarnos para generar cambios en la educación.

Entre la docencia y mi profesión

Miguel Urbano Méndez Cruz, actualmente docente del CBTa 13 de Xmatkuil, Mérida, con categoría de profesor de Carrera titular “C”, 25 años de experiencia docente, inicio mi actividad laboral en 1984, en esta misma escuela donde estudié mi bachillerato tecnológico. Concluyo la carrera Profesional de Ingeniero Agrónomo con especialidad en Desarrollo Rural, en el Instituto Tecnológico Agropecuario No. 2 de Conkal, Yucatán y por cuestiones del destino ingreso como docente al CBTa 13. Estudie la Carrera de Agronomía porque siempre me ha gustado la naturaleza, las plantas, mucho más que los animales. No me prepare para trabajar como profesor, quería ingresar al Banrural o a la SARH de antes hoy SAGARPA. Sin embargo fui invitado por un maestro que tuve en mi época de estudiante y mientras me resolvían en las Instituciones donde había presentado mi solicitud, acepte trabajar como maestro. Reconozco que fue una etapa difícil pues un profesional no sale preparado para laborar como profesor. Inicié imitando a los profesores que me habían formado, sin embargo me inscribía a cuanto curso se me invitaba, tratando de aprender las técnicas de enseñanza, de conocer métodos que me permitieran cumplir con mí trabajo lo mejor posible.
En 1995, por necesidades de mi escuela debido al incremento de matricula escolar y por falta de maestros del área de Matemáticas, tuve que dar un giro a mi perfil profesional y me dedique a impartir todas las asignaturas de matemáticas como hasta ahora. Como Ingeniero estudié mucha matemáticas, pero no es lo mismo estudiarlas que enseñarlas. Para reforzar este reto estudié un diplomado de “Matemáticas para bachillerato” en la Facultad Autónoma de Yucatán que me reforzó mis conocimientos en el área. Finalmente entre 1999 y 2002, estudio y concluyo con la obtención del Grado la Maestría en “Ciencias en la Enseñanza de las Ciencias con especialidad de Matemáticas” que me ha ayudado con mi formación académica.
Ahora después de muchos años, no cambiaria este trabajo por ningún otro. La convivencia diaria con los muchachos, los compañeros, los saludos de algún joven del que ya ni me acuerdo, cuando me dice ¿profesor se acuerda de mi? Me dio clases en tal año, me recibí hace 4 años y estoy trabajando en esta dependencia. Me hace sentir que lo mucho o poco que lo ayudé en verdad han valido la pena. Este es sólo un ejemplo de los muchos que tenemos y de los cuales podríamos seguir hablando. Sin embargo esta profesión que es más satisfacciones que momentos difíciles, también tiene partes de estas cuando por ejemplo nos enteramos que algún muchacho fracasa en su aspiración de ingresar a alguna escuela de Nivel Superior, nos sentimos culpables y pensamos que a lo mejor nos falto prepararlos mejor, que debimos haber tenido la certeza de que realmente habían entendido lo que queríamos enseñarles, que les hemos fallado en su proyecto de vida. Estos son momentos tristes para un maestro comprometido con su labor docente.
Finalmente vuelvo a plasmar lo escrito anteriormente ser maestro es un Privilegio que muy pocos tenemos y debemos prepararnos y adaptarnos a los cambios constantes que en educación se dan. Formando jóvenes estamos contribuyendo a forjar un mejor país.

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